Por una bisutería sostenible
La mayoría de chicas que conozco lleva más bisutería que piezas de joyería; sin embargo, suelen tener la idea de que son artículos de usar y tirar. Compran los complementos que están de moda en ese momento en sitios como el Pri**** o en los chinos...y una vez se pasa la moda, la tiran o dejan de usarla y a otra cosa mariposa.
El sistema está montado así, pero eso no quiere decir que tengamos que seguirlo. Si algo que debería ser significativo se convierte en basura a los dos días, entonces lo único que hacemos es generar más y más basura, ¿no? Total, como solo cuesta dos euros, qué más da.
Pues bien, yo creo que sí importa, y mucho. Ya de por sí generamos cantidades ingentes de basura al día, deshechos que, en su mayoría, van a parar a ríos y mares. Sabemos que el plástico es letal para el ecosistema pero, ¿y los metales? Si crees que ese anillo que tiraste porque te dejaba marcas verdes en los dedos no contamina, estás muy equivocad@.
La mayoría de la bisutería que compramos por dos euros no pasaría un control de calidad -si los hubiese. Muchos de ellos no solo llevan componentes que le causan alergía a la mayoría de los mortales; sino que además son altamente contaminantes (como el plomo, por ejemplo).
Por eso, no puedo evitar preguntarme por qué pensamos que aún así merece la pena. ¿Es el bajísimo precio de esto productos lo que los hace tan adictivos? ¿Es la cantidad que podemos adquirir gracias justamente a sus precios? Lo único que sí sé es por qué son tan baratos. A parte de la baja calidad de los materiales, es lo barata que les sale la mano de obra.
La producción en cadena ya de por sí abarata los costes, si a esto le sumas los bajos salarios de las trabajadoras (y lo digo en femenino porque se trata de mujeres en su amplia mayoría)...tienes el tandem perfecto -lo mismo ocurre con la ropa, claro.
"Es imposible competir con ellos", me solían decir. Ya. Pero ni falta que hace.
Justamente lo que persigo es hacer productos de calidad a los que además se les pueda dar un valor más allá del material. Y no porque peque de flower-power precisamente, sino porque esa es la única manera en la que conseguimos cuidar de nuestras cosas.
Solo cuando consideras que algo te da buena suerte, o te recuerda a un momento especial, o consideras que te favorece y eso te sube la autoestima... o simplemente porque te lo regaló alguien a quien quieres...entonces lo cuidas.
Si además es algo que sabes que es único y que poca gente lo lleva, entonces tiene un valor añadido. Porque, seamos sinceras, a todas nos gusta llevar algo exclusivo de vez en cuando. Y hoy en día lo exclusivo no está reservado solo a las grandes marcas de lujo, sino más bien a lo artesanal; que, por naturaleza, no puede más que tener una producción a baja escala.
Y justamente porque quiero cambiar esta concepción de la bisutería como objetos de usar y tirar, es que me he atrevido a crear esta tienda y empezar este blog. Y justamente también porque confío en que esta visión de una economía sostenible y respetuosa con el medioambiente ha venido para quedarse, es que he basado mi estrategia de marketing en este principio.
Porque sí, aún se pueden cambiar las cosas. Y sí, aún hay esperanza. Y, si no la hubiera, al menos podremos decir que lo intentamos cuando las nuevas generaciones nos reprochen el mundo que les hemos dejado de herencia.
Gracias por leerme y hasta la próxima ^^